En el fondo no somos tan diferentes
Esto es muy recurrente en esta época (que cuando empecé a escribir esta entrada era allá por septiembre), la vuelta al cole de los más peques, la ESO llena de niños creciditos con ganas de seguir de vacaciones, los adolescentes calentando motores de cara a las fiestas que se van a pegar en la universidad, los jubilados planificando la temporada de viajes del Imserso y el resto… pues el resto sobreviviendo a la dura realidad.
Llegado el apesadumbrado otoño, todos tenemos nuestras pataletas, los niños ya piden a gritos las vacaciones navideñas, los pre-adolescentes no quieren abrir ni un libro, los universitarios no quieren ver ni en pintura a ese profesor que les va a joder la carrera por una asignatura, los viejetes no quieren escuchar el sermón de su médico acerca de todos sus excesos turísticos y el resto… pues el resto no quieren ver ni por asomo el precipicio de la cruda realidad.
Total, que los niños ansian ser adultos para poder hacer cosas de mayores (no lo malinterpreteis), los abueletes quieren volver a tener 20 años porque las piernas no les llevan a donde ellos quieren, los «nengs» verían con buenos ojos tener 65 años para jubilarse y «no pegar ni brot» y el resto… pues el resto añoramos volver a ser niños y no tener ninguna preocupación más allá de si me pido la Barbie enfermera o la veterinaria.
Y a estas horas de la noche me pregunto en que coño estaba pensando cuando empecé a escribir la entrada (si, a principios de septiembre), que tendrá que ver el tochazo infumable que he escrito con el producto que queria mostrar. Esto es un signo inequivoco de que chocheo y algunos tornillos empiezan a abandonar la cabeza… ahhhh, esoo, de tornillos quería hablar, bueno, más bien de la ausencia de ellos.
Aqui va una buena recopilación de imágenes sobre el laborioso proceso de diseño de la colección Houdini que realizó el alemán Stefan Diez para la empresa e15 y que como digo, hace desaparecer cualquier tornillo. A disfrutar como niños!!!